domingo, 5 de septiembre de 2010

IDEAS PEDAGOGICAS DE SARMIENTO - Portal abc

El carácter social de las ideas pedagógicas de Sarmiento estuvo seguramente influido por la dificultosas experiencias que tuvo que atravesar para poder concretar su educación. Las frecuentes lecturas, el trabajo de docente y director en instituciones educativas, y los viajes que le posibilitaron el conocimiento de otras realidades educativas y el contacto con estudiosos sobre el asunto, contribuyeron a conformar su doctrina pedagógica.

Sus trabajos permiten advertir que fue lector de los pensadores ilustrados como Rousseau, Montesquieu, Guizot, Cousin, Condorcet, y también de los anglosajones Locke, Tocqueville, como también de los representantes del romanticismo.

Pero quien despertó gran interés para el desarrollo de su teoría y práctica educativas fue Antonio María de Condorcet, quien en las “Cinco memorias sobre la Instrucción Pública”, presentadas en forma de proyecto a la Asamblea Legislativa francesa en 1792, expresaba el deber del Estado de proveer a todos los individuos una instrucción a partir de la cual pudieran desarrollar plenamente su faceta espiritual, político, económico y social, mediante una efectiva igualdad y sin restricciones confesionales. Proponía una educación universal, igual para ambos géneros, con un sistema de niveles que fuera desde la educación básica hasta una academia de ciencias. Condorcet le atribuyó a la educación un importante significado moral, porque ella sería la que contribuiría a la formación de ciudadanos dispuestos a defender el orden republicano, preparados para gobernar y decidir con inteligencia y responsabilidad.

También ejercieron una influencia considerable en su espíritu humanitario las ideas de Horacio Mann y su esposa Mary, a los que conoció durante su estadía en Estados Unidos y con quienes compartió ideas en favor de la educación universal, obligatoria, no sectaria y gratuita, orientada al desarrollo de virtudes cívicas y de la eficiencia social: “M. Mann es el Secretario del Consejo (Board) de Educación del Estado de Massachusset, y el ciudadano que más puede vanagloriarse de haber dado a la educación primaria de su Estado la impulsión que hoy la constituye la más adelantada de los Estados-Unidos.” (Sarmiento, Domingo Faustino: De la educación popular, Santiago, Imprenta de Julio Belin i Compañia, 1849, p. 9)Con los esposos Mann, mantuvo una fluida relación epistolar durante toda su vida y se reencontró con ellos en su segundo viaje a los Estados Unidos. Ellos le brindaron la posibilidad de contactarse con un movimiento educativo influido en apreciable medida por las ideas del maestro suizo y discípulo de Rosseau, Juan Enrique Pestalozzi.

En su obra Educación Popular, dio cuenta de los estudios realizados durante los viajes de 1845 a 1847, que constituyeron la base esencial de los temas desarrollados y repetidos posteriormente en su inmensa labor periodística y didáctica. En este texto, expresó la idea de desarrollar una educación común, es decir, que apuntara a la formación masiva inmersa en un proyecto educacional articulado a un proyecto de sociedad: “El examen que de la educación pública he hecho en los países que más han progresado en ella, me ha puesto por conclusión de manifiesto a la vista, que hay ya en el mundo cristiano, aunque en fragmentos aquí y allí dispersos, un sistema completo de EDUCACIÓN POPULAR que principia en la Cuna, se prepara en la Sala de Asilo, continúa en la Escuela Primaria y se completa en las Lecturas orales, abrazando toda la existencia del hombre” (p. 10). Es por eso, que era prioritario determinar qué métodos serían los más convenientes para lograr ese objetivo y qué contenidos los más apropiados para ser trasmitidos y aprendidos.

Tomando a las personas desde los catorce años en adelante, el censo de 1869 arrojó un 77,4% de analfabetos. Éste era para Sarmiento, un fuerte indicio de la necesidad de operar sobre la educación. Si se pretendía instaurar en el país un régimen republicano y democrático era necesario contar con una población que estuviera informada y formada en esos valores: “La instrucción pública, que tiene por objeto preparar las nuevas generaciones en masa para el uso de la inteligencia individual, por el conocimiento aunque rudimental de las ciencias y hechos necesarios para formar la razón, es una institución puramente moderna, nacida de las disensiones del cristianismo y convertida en derecho por el espíritu democrático de la asociación actual” (p. 13).

El programa que diseñó Sarmiento para la educación de la población del país consistía en una escuela abierta a todos; es decir, incorporando los distintos géneros, sectores sociales, posturas políticas. Planteó también la necesidad de incorporar la enseñanza del idioma inglés. La educación debía acercar a los escolares a la ciencia para aplicarla al progreso material, económico y espiritual de la nación.

Para él, era necesario que la enseñanza fuera laica, porque tenía en vista que ingresaran al país inmigrantes que pudieran contagiar de civilización a la población autóctona tal como rezaba el artículo 14 de la Constitución de 1853. Estaba a favor de un régimen que permitiera la coexistencia de escuelas laicas y otras confesionales.

La defensa de la laicidad en educación no implicaba que Sarmiento fuera un hombre religioso. Escribió La conciencia de un niño y la Vida de Jesucristo, textos que guardan enseñanzas sobre la religión católica, valores morales y explicaciones sobre el contenido de los Evangelios. Estos libros tuvieron amplia difusión en Chile y Argentina.

Teorizó y puso en marcha programas de formación de docentes a los que consideró agentes estratégicos para la conformación y progreso del país. Consideró a la mujer como uno de los ejes fundamentales de la empresa civilizadora que había que encarar, porque a través de ella, se vinculaban el hogar, la escuela y la sociedad. Escribió que: “Se puede medir el grado de civilización de un pueblo por el nivel social de la mujer”.

Para Sarmiento, la educación común era la condición sine qua non para lograr el desarrollo industrial, promover valores positivos y alcanzar la prosperidad general. La situación en la que se encuentra un país es en gran medida producto de la educación que reciba.

La lectura de algunas cartas dirigidas a Juana Manso -maestra y escritora con quien Sarmiento compartiera trabajo-, Mary Mann, Segundino Navarro y algunos escritos acerca de la educación de la mujer, les permitirá profundizar las ideas pedagógicas del maestro sanjuanino.

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