Los Equipos Directivos de las Escuelas Secundarias
Introducción
Las escuelas son complejas y desarrollan sus propias lógicas, la Dirección, consciente de la complejidad que implica llevar adelante la gestión, la conducción de una Escuela Secundaria de seis años obligatoria, integral, inclusiva, permanente y de calidad para todos los adolescentes, jóvenes y adultos considera clave deliberar en la renovación de las ideas y de las prácticas de los equipos directivos para que puedan adecuarse al nuevo marco de las escuelas que hoy tenemos.
Al reconocer la complejidad que muestran hoy las instituciones educativas se hace necesario repensar los espacios a ser gestionados, reinventándolos y redefiniéndolos a partir de los propios sujetos como agentes de la educación.
Pensar la escuela y su conducción desde los sujetos que la constituyen, la sostienen y la cambian; desde su entorno local; desde su historia es pensarla en un presente cargado de múltiples sentidos, producto de procesos sociales, históricos, políticos y culturales más amplios.
Para ello es necesario deconstruir, desarmar de este pasado, aún muy presente, sus formas de organización y confrontarlo con las formas organizacionales y curriculares alternativas que se vienen desarrollando.
El desafío de las instituciones de educación secundaria y de sus equipos directivos consiste en contribuir al fortalecimiento de la escuela. En este sentido se hace imprescindible que los adultos que conducen la escuela sean portadores de la política educativa cuyo centro es el conocimiento, así como la responsabilidad de generar espacios de cuidado y protección de todos los que la habitan, reconociendo los saberes y experiencias propios de los adolescentes, de los jóvenes y de los adultos.
Introducción
Las escuelas son complejas y desarrollan sus propias lógicas, la Dirección, consciente de la complejidad que implica llevar adelante la gestión, la conducción de una Escuela Secundaria de seis años obligatoria, integral, inclusiva, permanente y de calidad para todos los adolescentes, jóvenes y adultos considera clave deliberar en la renovación de las ideas y de las prácticas de los equipos directivos para que puedan adecuarse al nuevo marco de las escuelas que hoy tenemos.
Al reconocer la complejidad que muestran hoy las instituciones educativas se hace necesario repensar los espacios a ser gestionados, reinventándolos y redefiniéndolos a partir de los propios sujetos como agentes de la educación.
Pensar la escuela y su conducción desde los sujetos que la constituyen, la sostienen y la cambian; desde su entorno local; desde su historia es pensarla en un presente cargado de múltiples sentidos, producto de procesos sociales, históricos, políticos y culturales más amplios.
Para ello es necesario deconstruir, desarmar de este pasado, aún muy presente, sus formas de organización y confrontarlo con las formas organizacionales y curriculares alternativas que se vienen desarrollando.
El desafío de las instituciones de educación secundaria y de sus equipos directivos consiste en contribuir al fortalecimiento de la escuela. En este sentido se hace imprescindible que los adultos que conducen la escuela sean portadores de la política educativa cuyo centro es el conocimiento, así como la responsabilidad de generar espacios de cuidado y protección de todos los que la habitan, reconociendo los saberes y experiencias propios de los adolescentes, de los jóvenes y de los adultos.
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